sábado, 19 de febrero de 2011

QUE HACER PARA QUE UNA RELACION PERDURE HASTA EL MATRIMONIO

Te ríes con él.
Ambos son capaces de reconocer sus errores.
Hay planes de futuro
Hay perdón.
Hay respeto por el espacio personal.
Hay igualdad y justicia.
Hay apoyo en los momentos duros
Se puede hablar de todo.
Hay respeto mutuo.
Hay confianza.



La comunicación es uno de los ingredientes más importantes. Si bien muchas parejas tienen la sensación de que hablan mucho, están confundidas si piensan que la comunicación se resume en contarse muchas cosas. Comunicar, por tanto, no es solo hablar de las cosas que nos han pasado en el día, sino que comunicar también significa expresar cómo nos sentimos, cuáles son nuestros sueños e ilusiones, contar nuestras preocupaciones, ... Comunicar es permitir que nuestra pareja vea nuestro yo más interno


La otra cara de la comunicación es saber escuchar. Cuando nuestra pareja quiere abrirse a nosotros, aunque pensemos que es una tontería, debemos escucharla con interés y atención, porque para ella es algo importante. Debemos permitir que se exprese en todos los sentidos, especialmente ayudándole a que exprese sus emociones más profundas y reales, sean cuales sean, sin miedo. Si no escuchamos, no aprenderemos a conocer realmente a nuestra pareja, y ella puede sentir que no tenemos interés por su riqueza interior, y por lo tanto, sentirse frustrada. Así, si conocemos lo que necesita nuestra pareja para ser feliz, podemos hacer todo lo posible por dárselo con todo nuestro cariño y amor.

De las dos claves anteriores emana otra de las cualidades fundamentales para que una relación funcione: la comprensión. Sin comprensión una pareja no llega a ninguna parte. La pieza fundamental de este puzzle es comprender que la pareja no tiene, ni debe tener que comportarse como nosotros. Esto significa que no tiene porqué pensar igual en todo, aunque cierta afinidad debe haber. Cuando surjan los problemas, los conflictos, debemos tener muy presente esta herramienta indispensable, de manera que aprendamos a ser más tolerantes y maduros para poder dar solución a las cuestiones y dificultades que vayan surgiendo.

El libre albedrío nos recuerda que debemos ser tolerantes con nuestra pareja y que ella debe serlo con nosotros siempre y cuando esa tolerancia no nos dañe física o emocionalmente. Esto significa que conviene que los dos miembros de la pareja tengan sus momentos de intimidad, soledad o reflexión. Es muy bueno que cada uno pueda desarrollar sus aficiones y seguir su propio camino. Porque hay que recordar que una pareja no es un contrato de esclavitud sino de colaboración. Esto significa que cada cual sigue su propio camino por la vida, acompañado de su amor. De este modo hay que hacer todo lo posible para que nuestro compañero o compañera pueda desarrollarse personalmente de un modo constructivo.

El desarrollo personal es fundamental. Esto significa que ambas personas tienen derecho a desarrollarse y madurar como deseen siempre que no hieran al otro. Además, también es necesario un desarrollo y madurez específico de la pareja en conjunto. Para ello suelen ser imprescindibles tener objetivos comunes en la vida. Esos objetivos deben abarcar tanto el mundo material (casa, trabajo, hijos, viajes, matrimonio, etc...) como un nivel espiritual (hacer que la vida tenga un sentido, más allá del económico y sexual, al estar juntos).
Es por lo tanto muy necesario que la pareja tenga muchos puntos en común, para que puedan desarrollar las aficiones y los intereses juntos.

Deben huir del aislamiento social. Es muy importante que exista una socialización tanto de la pareja en conjunto como de cada miembro por separado. Esto significa que pueden tener amistades con las que disfrutar en común, pero que también es necesario que tengan amistades individuales que les permitan socializarse independientemente. En este sentido juega un papel absolutamente fundamental la confianza. Sin confianza en el otro, una relación no llega a ninguna parte.

El afecto en una relación es totalmente imprescindible. Lamentablemente en la sociedad en la que nos vemos inmersos se priman mucho más los valores intelectuales que los afectivos, y eso puede llevar a una carencia afectiva que a la larga suele terminar con muchas relaciones sentimentales. Y es que no debemos olvidar que el amor es la base sobre la que se asienta la pareja, y el amor es un sentimiento que por lo tanto debe ser demostrado con todo el afecto y cariño del mundo.

La sexualidad también es un punto importante. Sin embargo se debe llegar a un equilibrio fundamental donde el sexo no lo sea todo. Cierto es que este equilibrio suele ser difícil de conseguir, pero no hay que dejar de intentarlo. Es importante tener presente que para que las prácticas sexuales sean felices, las dos personas tienen que disfrutar con éllas, tiene que haber mutuo consentimiento y deseo, no verlo solo como un deber conyugal que cumplir , de lo contrario terminará siendo un elemento de ruptura,mas bien que un elemento de unión.

Es necesario aprender a amar, pero también aprender a ser amado. El amor tiene que ser un sentimiento bidireccional en el que damos y recibimos constantemente. Hay personas que son capaces de dar todo su amor, pero a las que le resulta difícil dejarse recibir, y viceversa. Por ello se debe encontrar el equilibrio sentimenta con la pareja.




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